Desde la mañana de este martes, los fuertes aumentos autorizados por el Ejecutivo provincial -de hasta 35,5%- para el transporte interurbano de pasajeros que se mueve dentro de los límites del territorio santafesino ha generado un golpe importantísimo en los presupuestos de muchos viajeros frecuentes.
Entre resignados y espantados, los pasajeros que pasaron por boleterías de la Terminal se encontraron con que el boleto a Santa Fe, que hasta ahora era de 7.200 pesos, pasó a costar 9.800. Ida y vuelta a la capital provincial, por trabajo, salud o estudios, cuesta casi 20 mil pesos: 19.600, para ser más precisos. Y las condiciones de los micros están lejos de ser las de un servicio diferencial.
A Rosario, en tanto, la tarifa en el insufrible servicio de la empresa Güemes pasó de 14.500 pesos a 19 mil pesos. En cambio, a Buenos Aires los precios se mantienen en 38 mil pesos aproximadamente. A San Vicente el nuevo precio es de 5.400; a El Trèbol 14.300; Cañada Rosquín 8.700; San Jorge 11.500 y San Martìn de las Escobas 6.900.
A Esperanza, que costaba 4.400, pasó a costar 6 mil pesos; a Humboldt pasó de 3.200 a 4.600; y a Nuevo Torino, de 2.200 a 3.200 pesos.
En tanto, la empresa ETAR todavía no había actualizado sus pasajes, aunque fuentes consultadas indicaron que sufrirán un incremento del orden del 30%. Hasta la mañana de este martes, viajar a Sunchales costaba 3.500 pesos; a Ceres 10.800; a Tostado 16.500; a San Cristóbal 9.400 y a Lemann 700 pesos. A todos estos valores se sumarán entonces un 30% aproximadamente.