Una comerciante de Rafaela, ubicada sobre calle Antonio Podio, se comunicó con RAFAELA NOTICIAS para expresar su indignación y dolor tras un robo ocurrido el pasado sábado 30 de noviembre a las 5:20 de la madrugada. Según relató, los daños causados al negocio fueron mayores que los objetos robados, lo que aumentó su sensación de impotencia. "Es inexplicable lo que se siente hasta que te pasa. Teniendo cámaras y alarmas, eso no evitó que sucediera", expresó la comerciante.
A través de las cámaras de seguridad del local, logró identificar al responsable: quien sería familiar de un dirigente barrial. Aseguró que intentó establecer un diálogo con este último para buscar contención, o al menos empatía frente a la situación, pero, según denunció, sus intentos de contacto resultaron infructuosos.
La comerciante destacó que no busca que este dirigente asuma la responsabilidad de los daños materiales causados por su familiar, pero considera que un gesto de apoyo o contención era lo mínimo esperable.
Además, denunció que no es la primera vez que los negocios de la zona sufren hechos de vandalismo. "La mayoría de los locales ubicados en Antonio Podio han sufrido robos, daños o actos vandálicos cometidos por este mismo masculino. Los comerciantes estamos hartos", afirmó.
En medio de la situación, la comerciante agradeció el apoyo recibido por parte del municipio y de las fuerzas de seguridad, destacando el correcto accionar del 911, la GUR, el Comando y, especialmente, de la Comisaría 15. Nombró con gratitud a la oficial Cintia Mojica y al comisario Esteban Argüello, quienes la acompañaron durante este difícil momento.
El relato concluye con un enérgico llamado a las autoridades y a la comunidad: "No es justo que nosotros tengamos que enrejarnos mientras él sigue caminando tranquilamente por la ciudad. Los comerciantes de Antonio Podio decimos basta a estas injusticias".
El fiscal que interviene en la causa es el Dr. Puig, y ya habría librado el pedido de detención del sospechoso. El cual finalmente no terminó llevándose nada del local, debido a que descartó los elementos antes de huir porque sonaba la alarma, pero sí le generó a la comerciante un gasto de 400 mil pesos, que es lo que le costó reponer el vidrio roto.
