El obispo de Rafaela, Pedro Javier Torres, fue uno de los invitados especiales que asistió a la ceremonia de toma de posesión de su cargo de los nuevos concejales de la ciudad. Al cabo de la sesión, dialogó con RAFAELA NOTICIAS y destacó el clima de cordialidad con que se realizó y que se observa en todo el proceso de transición política en la ciudad, que implica un cambio muy significativo, dado que luego de 32 años de gestión de un mismo sector político, ahora el gobierno municipal cambia de manos.
En tal sentido, Monseñor Torres consideró que "estos 40 años de democracia nos comprometen a todos a fortalecer las instituciones. Y lo que hemos vivido hoy aquí a mí me ha impactado por el clima de cordialidad, de valoración de las personas, de los valores, de la familia. A mí me ha alegrado mucho porque es un ejemplo hacer un traspaso institucional en este clima".
Como hombre de la Iglesia, Torres también es un observador de la realidad social que afecta a los rafaelinos y la población de la Diócesis que también se halla frente a un momento muy particular de la historia argentina, con un nuevo recambio institucional cargado de expectativas y de temores. Monseñor Torres manifestó sentir "esperanza, porque hay gente que quiere buscar soluciones, aunque no tiene tanta experiencia política. No viene Mandrake, no espero soluciones mágicas. Sí creo que nos espera un tiempo difícil, de búsqueda de caminos de trabajo, de salir adelante.
Un 50% de pobres en la Patria no se remonta de un día para otro. En ese sentido, creo que lo que nos esperanza es que la gente quiere trabajar por una Patria de hermanos. Y en ese sentido apuesto a un futuro pleno porque Argentina tiene de todo, es una maravilla como país y nos hace falta volver a quererla, y a quererla con las manos y el corazón. Digo con las manos porque el trabajo es todo, con el afecto también de descubrir que las grietas no nos ayudan, en todo caso lo que nos ayuda es descubrir que la Patria la hacemos entre todos y que la diversidad se tiene que unir para tirar para el mismo lado".
En la misma línea, pidió que este recambio sea un punto de partida para una época de "mucho respeto por el otro, mucha valoración de las ideas del otro y el deseo de acompañar, especialmente a los que sufren, para paliar también situaciones que son muy dolorosas".
Consultado sobre la situación social, Monseñor Torres admitió que se percibe la gravedad de lo que sucede, sobre todo en la demanda social, donde la Iglesia es un canal de solidaridad muy importante. Aunque no cuantificó el crecimiento de la misma, sí advirtió los síntomas en los que se nota el impacto de la crisis actual. "Se ha palpado el desgaste en este año, en el hecho de sentir la incertidumbre, la inseguridad como algo que golpea como una cierta novedad en espacios de pueblos más pequeños, de comunidades donde todos se conocen. Ese clima ha pegado más y en ese sentido tenemos que volver a confiar unos en otros", enfatizó.