El Concejo Municipal de Rafaela aprobó, en la sesión ordinaria de este jueves, varios proyectos con eje en la seguridad (o inseguridad), siendo todos iniciativa del bloque opositor, que encontró en esta problemática, el recurso ideal para su estrategia discursiva contra la administración que conduce Leonardo Viotti.
Bajo la figura de minutas de comunicación y resonantes declaraciones, el PJ buscó poner en aprietos al Ejecutivo local con la demorada entrega de patrulleros para la Unidad Regional V de Policía, el robo de cables en el sector de los 315 lotes y hechos de inseguridad denunciados por la comisión vecinal del barrio Virgen del Rosario. “9 meses de inacción”, “pasantía rentada del Intendente” y “está improvisando con la ciudad” fueron algunos de los dardos que tiró el cuarteto Senn-Soltermann-Caruso-Racca.
Sin embargo, la bancada oficialista supo sacar el cuerpo y devolver el golpe a la misma altura: los más de 30 años del peronismo gobernando la ciudad y, a su vez, la falta de políticas de contención social a nivel nacional y provincial gestiones anteriores hicieron que se incremente la vulnerabilidad de la población. En esta lógica, a más pobreza, más crecen los índices de inseguridad.
¿En el plano de lo concreto que hubo? Sólo un anuncio: “muy pronto” llegarán patrulleros para reforzar los menguados recursos con los que cuenta la policía local. Así lo confirmó Ceferino Mondino, quien aseguró haber recibido un WhatsApp del propio Ministro de Seguridad Pablo Cococcioni.
En la sesión de este jueves, a cada pedido de la palabra, correspondía un reproche a lo hecho o a lo que todavía no se hizo. Así transcurrieron casi tres horas de debate. La sesión de hoy tenía todos los condimentos para que la vara escalara un peldaño más. Pero otra vez los concejales eligieron quedarse en la chicana y el pase de facturas.
El Concejo Municipal de Rafaela es el espacio natural para la discusión política y el disenso constructivo, pero, con los años, ha ido perdiendo su esencia y se fue encerrando en su propia burbuja, aislado de la ciudad en general y enroscándose en sus propias discusiones.
El principal objetivo (más allá de las buenas intenciones) es cuidar “la quintita” partidaria. El debate profundo, la construcción de acuerdos y la ciudad por encima de todo, queda en el papel. No es una situación que se registra a partir del 10 de diciembre del 2023; viene de más atrás y responde, tal vez, a la polarización que vive el país en general, donde la opinión del otro es tomada como agresión y la postura propia es la verdad revelada.
