Fue una visita institucional, pero fue mucho más que algo meramente protocolar. Invitado por el Concejo Municipal, el obispo diocesano Pedro Javier Torres llegó hasta la sala de sesiones del cuerpo legislativo para compartir una constructiva charla con los concejales de Rafaela, en la que abordó, desde la perspectiva religiosa pero fundamentalmente desde la visión social que anima a la Iglesia, los desafios que afronta la ciudad.
En ese marco, monseñor Torres -que se presentó también como "representante de la única institución pública con perso nería jurídica, que es la Iglesia Católica- no sólo se refirió a las problemáticas sociales, sino también a cuestiones concretas. Así con su rica capacidad para enlazar conceptos propios de la religiosidad con las cuestiones del día a día que manejan los concejales, Torres pidió tener presente que "en nuestra sociedad no sólo tenemos que vernos como socios. Como dice Francisco, además de ser socios necesitamos ser hermanos".
"En la Argentina hemos competido demasiado, necesitamos compartir más que competir. Compartir más", recalcó.
Luego de ser recibido de manera formal por el presidente del cuerpo, Lisandro Mársico, Torres recordó que "llegué a Rafaela en medio de la euforia de la conquista del Mundial. De hecho, escuché la definición por radio y mirando algunas partes en la estación de servicio de San Francisco", mencionó.
cuestión social, ante una pregunta específica de la concejala Valeria Soltermam, Torres reveló que Cáritas Rafaela no está recibiendo ningún tipo de asistencia desde la Nación: "acá no llega nada, queda todo en Buenos Aires", apuntó. Pero dio otro dato relevante: aunque aclaró que "comparado con otros lugares de la Diócesis, los rafaelinos se las arreglan bastante bien", también dejó en claro que "la demanda social se incrementó mucho en los últimos dos meses".
La droga, ese flagelo
En el marco de la extensa conversación que mantuvo con los concejales, Monseñor Torres también puso énfasis en la situación generada por los consumos problemáticos. Allí fue cuando convocó a los ediles a participar del proceso de construcción de "nuevos liderazgos, porque estamos ante un cambio de época. Se ha roto el concepto de autoridad", advirtió.
Torres aprovechó algunas anécdotas personales para pedir también que se intervenga en cuestiones de infraestructura, tales como la reparación de las rutas o la provisión de electricidad para sectores rurales y pequeñas poblaciones que tienen muchas carencias. Pero además profundizó abordando también otro tema social: "vivimos en la cultura de la queja, buscamos culpables a todo lo que nos pasa, pero no agradecemos ni nos preguntamos qué podemos hacer para cambiar las cosas. En la sociedad cada uno tiene que hacer lo que le corresponde. Todos somos necesarios".
Tarea para el Concejo
orres además le dejó un trabajo práctico a los concejales: ocuparse de la capilla del Cementerio.
"Está totalmente vandalizada, no tiene instalación eléctrica, con los vidrios rotos. Cuidar un lugar importante como ese es importante, porque también tiene que ver con nuestra memoria". Reclamo, el del obispo, que es el de muchos rafaelinos, y no sólo por la capilla, sino por el estado general que presenta la necrópolis.