Uno de los temas que más repercusión generó en Rafaela en lo que va del verano, casi inesperadamente se diría, es el problema de la proliferación de malezas en espacios verdes públicos y propiedades privadas. Se dieron una combinación de factores, desde climáticos hasta de logística, que incidieron en la situación.
El factor climático no es menor. Luego de dos años de veranos "secos", es decir, con menor cantidad de precipitaciones de lo habitual, el control de malezas y mantenimiento de los espacios verdes quedó en manos de menor cantidad de personal, dentro del municipio y de terceros contratados. Pero desde noviembre las lluvias dijeron presente, con números impactantes: en diciembre cayeron 203 mm. Y de los 975 mm. que precipitaron en Rafaela durante todo 2023, el 42% del volumen se registró en los últimos 60 días.
Esto generó que no sólo los espacios verdes públicos, incluyendo los lugares con césped y plantas en plazas, paseos urbanos, parques, escuelas, edificios públicos y canteros de avenidas, resultaran con un gran crecimiento de pastos y malezas, sino que también decenas de terrenos privados sufrieran el mismo fenómeno.
Recomponer recursos, el primer logro
Paralelamente, se registró otro problema adicional, también importante y grave. El 60% de las máquinas que se utilizan para la tarea en espacios verdes no estaba en funcionamiento. A modo de ejemplo: sólo un tractor con desmalezadora de arrastre, de los 6 con que cuenta el municipio, estaba en funcionamiento. Con la relación del municipio con los proveedores en pésimo estado debido a la coyuntura económica y el estiramiento de los plazos de pago -que, en un contexto inflacionario, espantan a los proveedores a la hora de ofrecer insumos al estado local-, correspondió a la nueva gestión encarar la tarea de normalizar el servicio, recomponiendo equipos de trabajo y herramientas necesarias para la tarea.
Esto se dio en un clima de malestar de muchos vecinos, porque a los problemas mencionados se le sumó la invasión de mosquitos que sufrió gran parte de la región. Asociar clima húmedo, con malezas y mosquitos es como sumar dos más dos. Así que el municipio debió salir a tapar las brechas con lo que tuviera a mano: hubo una fumigación barrio por barrio, y también un plan de urgencia para recomponer los recursos materiales y humanos en el área de Espacios Verdes.
En los últimos días se ha visto parte del trabajo realizado: la administración Viotti pudo recomponer la relación comercial con los proveedores, hay tres tractores ya trabajando, continúa la reparación y recupero de maquinarias que se encontraban fuera de servicio y se contrataron 15 personas afectadas directamente a la tarea de desmalezados. Así, se logró reducir la frecuencia entre corte y corte a 12 días, respecto a los 18 días que había de lapso en la primera quincena de diciembre.
Pero además los vecinos le piden otra cosa al municipio: que accione rápidamente contra los propietarios privados que descuidan las malezas. Y le exigen algo que el municipio no puede hacer: intervenir de facto en esos terrenos. En esto, la comunidad de Rafaela debe saber que para entrar a un terreno privado el municipio debe contar con una orden de allanamiento. Y para obtener esa orden de la Justicia de Faltas provincial, antes debe intimar reiteradamente a los propietarios morosos. Lo mismo sucede con los automóviles dejados como chatarra en la vía pública: antes de retirarlos con la grúa, hay que cumplir con un período de intimaciones. Por más multas que se cobren e intimaciones que se envíen, no siempre se logra el objetivo buscado.
