El Juez Gustavo Bumaguin dispuso la libertad de Diego. P, (31) el último de los sospechados de participar de la balacera registrada en abril pasado en el asentamiento Demarchi que continuaba detenido. Rafaela Noticias participó de la audiencia como único medio en la sala.
Con la libertad de Diego P., la causa quedó sin detenidos, ya que, en junio pasado, también en una audiencia de apelación, Axel B. (otro de los implicados) había recuperado la libertad bajo reglas de conducta. Hay un tercer sindicado, pero por su condición de menor de edad, está bajo otro régimen penal.
La apelación a la prisión preventiva se desarrolló esta mañana en los Tribunales de Rafaela y participaron el Fiscal de Homicidios Martín Castellano y la Dra. Amalia Casina, del Servicio Público de la Defensa Penal. En tanto, el imputado siguió la audiencia de manera remota desde la Cárcel de Coronda, donde se encuentra alojado.
“Mi cliente hace 7 meses que está detenido” aseguró la Dra. Casina a la hora de peticionar por la libertad de su pupilo y luego de postular, al igual que en las audiencias anteriores, que Diego. P no estuvo en el lugar de los hechos. Para la Fiscalía, no solo estuvo esa tarde del domingo 7 de abril, sino que fue uno de los que efectuó los disparos que dejaron varios heridos, entre ellos, un joven de 28 años de edad que recibió una perdigonada en el tórax y abdomen.
Sin embargo, las “evidencias de cargo” que presentó Castellano al momento de la imputación, “se fueron diluyendo con el tiempo” argumentó Bumaguin a darle mayor relevancia al testimonio de familiares y vecinos del imputado que lo ubicaban a varias cuadras de donde se registró el ataque armado.
Así, el Juez de I.P.P resolvió otorgarle la libertad a Diego P. pero bajo el cumplimiento de reglas de conducta tales como la fijación de domicilio en barrio Independencia y la prohibición de portar armas de fuego o tener contacto con víctimas y testigos de lo ocurrido. De la misma manera, también le prohibió el ingreso al Asentamiento, oficiando un pedido al Centro de Monitoreo Urbano y a la Comisaria 13 para que controlen esta medida.
¿Qué paso en el Asentamiento Demarchi?
El relato de los hechos que había publicado Rafaela Noticias, daba cuenta que, a las 14:47 del domingo 7 de abril, una cámara del Centro de Monitoreo Urbano ubicada en Avda. G. Maggi, captó a un hombre dirigirse desde la zona de Tucumán y Pje. Entre Ríos hacía las vías que separan el barrio Barranquitas del asentamiento, empuñando lo que parecía una escopeta; adopta una posición de tiro, y luego regresa por donde vino. Minutos después, al menos 13 llamados al Sistema de Emergencias 911 alertaron a la policía de varios disparos de escopeta y personas heridas en inmediaciones de Carlos Gardel al 700.
Las pesquisas practicadas en el lugar de los hechos permitieron secuestrar varios cartuchos y tacos de escopeta de diferentes calibres, aunque hasta el momento las armas no pudieron ser encontradas. Aunque las pruebas que conforman el voluminoso expediente le permitieron a Castellano sostener, que tanto Axel B. y Diego P., como un tercer implicado, fueron los autores de los disparos, endilgándoles los delitos de abuso y portación de arma.
De sostenerse esa acusación, el primero recibiría en un eventual juicio, una pena de entre 1 y 7 años de cárcel; en tanto que a su consorte de causa podría caberle una pena de 4 a 14 años de prisión, dado que pesan sobre él dos condenas anteriores, dictadas en 2014 y 2019, por delitos también cometidos con armas de fuego.
¿Hubo disparos desde el Asentamiento?
Así lo reveló la defensora de los imputados, la Dra. Amalia Cassina al momento de celebrarse la audiencia de medidas cautelares (el 11 de abril pasado). Incluso, la letrada se apoyó en imágenes de la misma cámara del Ce.M.U. que utilizó Castellano durante la acusación, en la que se apreciaba a un grupo de personas saliendo desde el asentamiento con lo que parecían armas largas. Aunque la distancia a la que estaban las personas de la cámara hacía que las imágenes no sean claras (pasó lo mismo con el tirador de la primera secuencia, al que tampoco pudo identificarse fehacientemente).
En ese momento, el objetivo de Cassina era lograr la libertad de sus representados, circunscribiendo el enfrentamiento a una especie de “acto de defensa” contra las agresiones de la familia oponente.