En las primeras horas de la mañana de este domingo, vecinos de calle Oyoli al 300 se sorprendieron al ver un árbol de importantes dimensiones, caído sobre un automóvil que se encontraba estacionado en la vía pública.
Sin embargo, la sorpresa fue mayor cuando se percataron que, en realidad, las ramas sólo habían causado algunos pequeños daños, siendo que, por milímetros, la copa del árbol no se desplomó sobre el vehículo. Para el propietario del vehículo, claramente fue “un milagro”.