Viviendo tres días del Festival de Teatro en Rafaela, una tradición de 18 años, el arte y el color se apoderan de cada rincón para dar vida a un gran escenario que atrae a personas de todo el país. Sin embargo, lo más destacado sigue siendo el impacto de los laboratorios de creación escénica, que permiten a la comunidad conocer de cerca a sus artistas.
El primer laboratorio, titulado "Jardín Fantástico", fue protagonizado por jóvenes que nos invitaron a sumergirnos en su mundo, su espacio propio. Bajo la dirección de Agostina Luz López, durante 70 minutos nos convirtieron en huéspedes de sus vidas, compartiendo sus historias y dejando una sólida impresión en la escena rafaelina.
El despliegue escénico se llevó a cabo en el Arboretum Takku, una experiencia inusual que nos invitó a abandonar las butacas para interactuar con el teatro en distintos espacios. Cada estación nos llevó a formar parte de su vida, creando una conexión única entre actores y público.
En el segundo laboratorio, "Secretos y Manifestaciones", dirigido por Juan Parodi y presentado en el Centro Recreativo Metropolitano "La Estación", el objetivo era estimular intensamente al espectador. Mediante monólogos y una exploración por distintas "vidrieras" o estaciones, la obra nos sumergió en un universo desconocido y logró una gran conexión íntima con el público.
La tercera creación escénica, bajo la dirección de Luciano Delprato, se tituló "Las Cosas" y exploró el poder de los objetos para contar historias con una simplicidad cautivadora. El uso de un títere agregó un toque especial y permitió un acercamiento inusual entre actores y espectadores.
El festival ha demostrado que el teatro va más allá de las típicas butacas y escenarios en forma de /T/. Los laboratorios de creación escénica han llevado el arte a nuevos territorios, generando una conexión más cercana con el público y demostrando la riqueza de la escena local.
En conclusión, el Festival de Teatro de Rafaela se ha convertido en un espacio donde los laboratorios de creación escénica despliegan su magia y se apropian del escenario para maravillar al público local y visitante. La tradición de 18 años continúa sorprendiendo y realzando el talento artístico de la región.
